Rocha ya cantó el rumbo, el relevo será para mujeres

A dos años de que Sinaloa elija a su próxima o próximo titular del Poder Ejecutivo, el gobernador Rubén Rocha Moya soltó una frase que retumbó más allá del evento donde la pronunció. “El relevo en Sinaloa es para mujeres”, dijo con la calma que lo caracteriza, pero con el peso político de quien sabe lo que está diciendo. Rocha no improvisa. Rocha manda señales.

Fue en Mazatlán, durante el informe de diputadas y diputados de Morena, donde el mandatario estatal compartió escenario con tres de las figuras femeninas más visibles de su partido, la senadora Imelda Castro, la alcaldesa de Mazatlán Estrella Palacios y la diputada local María Teresa Guerra. Tres perfiles distintos pero con algo en común, todas están en la conversación rumbo al 2027.

Y como si la declaración del gobernador hubiera activado el radar de las aspiraciones, no pasó mucho tiempo para que otra mujer levantara la mano. Desde la Cámara de Diputados federal, Graciela Domínguez también se apuntó en la lista. Cuatro ya. Cuatro nombres que empiezan a recorrer pasillos, cafés y reuniones, mientras los hombres, por primera vez en mucho tiempo, se quedan mirando desde la banca, mascando la frase que el propio Rocha lanzó sin titubeos.

“El relevo en Sinaloa es para mujeres”, insistió. Y aunque aclaró que hay mucho potencial también en los hombres, el énfasis no dejó lugar a dudas. En su lectura, la sucesión viene pintada de rosa.

La política, sin embargo, no se escribe en línea recta. Dos años son una eternidad en términos electorales. Lo que hoy parece seguro, mañana se puede desdibujar en un desayuno, un desencuentro o un cálculo mal hecho. Porque en Sinaloa, como en casi todo el país, los proyectos se cocinan con fuego lento pero a veces se queman en segundos.

Por ahora, entre todas las mencionadas, la senadora Imelda Castro lleva una delantera clara. No solo por trayectoria, sino porque tiene oficio, estructura y un discurso que encaja perfectamente con la narrativa nacional de la 4T. Está posicionada, visible y, sobre todo, cuenta con algo que en política vale oro, el visto bueno de la  jefa política federal y se escribe con A 

Estrella Palacios, por su parte, juega con el factor local y el control del territorio mazatleco, aunque la lógica del poder estatal muchas veces rebasa los límites del municipio. María Teresa Guerra, desde el Congreso, busca consolidar presencia en un espacio donde los reflectores son escasos, pero las alianzas pesan. Y Graciela Domínguez, con experiencia en la administración pública y el Congreso, aparece como la pieza que podría sorprender si logra conectar su discurso de congruencia con la narrativa del cambio generacional.

Fuera de Morena también hay movimiento. En el PRI, el PAN y el PAS las mujeres comienzan a levantar la mano, conscientes de que esta vez el viento político sopla a su favor. Rocha lo dijo, pero lo cierto es que la tendencia nacional también marca el ritmo, candidaturas femeninas en estados clave, cuotas de género y un discurso de inclusión que, guste o no, llegó para quedarse.

Ahora bien, lo que en la superficie parece un gesto de apertura también puede leerse como un movimiento estratégico. Si el gobernador impulsa desde ahora la idea de que el relevo será femenino, no solo abre el juego a nuevas figuras, también reacomoda las ambiciones de los hombres que podrían empezar a buscar otros cargos o resignarse a esperar otro sexenio.

Y ahí entra la lectura política más fina. Rocha, con una sola frase, reordenó el tablero. Lo que para muchos fue una simple declaración, en realidad fue una jugada. Un mensaje cifrado para su propio equipo, para Morena nacional y, de paso, para la oposición. Porque en política nada se dice por casualidad, menos cuando quien habla es el gobernador.

Así que sí, el mensaje fue claro, la sucesión comenzó y por ahora las cartas visibles son femeninas. Pero también hay que decirlo, en Sinaloa las historias políticas nunca terminan como comienzan. Hoy todo apunta a una mujer, pero ya sabemos que las corcholatas cambian, los respaldos se mueven y los silencios, esos silencios de pasillo, muchas veces dicen más que las declaraciones.

Lo único cierto es que Rocha encendió el semáforo y marcó el ritmo. Y ahora todos, todas, todes están corriendo para alcanzar el discurso del gobernador.

Aunque si me preguntan, según yo, Rocha no solo cantó lo que se viene, también puso la música, eligió quién baila y dejó la puerta entreabierta por si al final, ya sabe usted cómo es esto, el “relevo para mujeres” termina siendo un caballero con muy buen peinado y falda política prestada.

Todo esto según yo el Goyo310 y recuerden que el camino es largo aunque pinte rosa.

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