La Realidad de Ahome con un Alcalde de Papel

Ahome, tierra de gente trabajadora, de paisajes hermosos y de un alcalde que parece que llegó a la política por accidente. Antonio Menéndez, conocido cariñosamente como “Toñito”, se presenta ante nosotros como el nuevo mesías de la administración pública. Pero, ¡sorpresa! Resulta que su única habilidad es tomarse selfies y hacer discursos que podrían hacer dormir a un búho.

Este caballero, que llegó con los colores del verde (aunque su corazón es más morenito que un café de olla), se ha convertido en el rey del blablablá. Un tipo que, si hablara menos y trabajara más, tal vez Ahome no estuviera en la situación en la que está. ¡Pobrecitos los que creyeron que su llegada significaría algo!

La realidad es que Menéndez ha demostrado ser un experto en el arte de la invisibilidad. Su gabinete parece una reunión de amigos de la primaria, donde todos se ríen de chistes malos mientras la ciudad se desmorona. ¿Y las inversiones? Bueno, eso es algo que seguramente le dijeron que era un tipo de sushi, porque no ha mostrado el más mínimo interés en atraerlas. “¿Quién necesita desarrollo?”, parece pensar. Mejor sigamos subiendo fotos a Instagram, que eso sí da likes.

Y no hablemos de la “inversión y transformación” que prometió el gobernador en la Ciudad de México. ¡Pobrecitos los que lo escucharon! Como si Ahome fuera un imán para inversionistas. Si no les interesa ni siquiera que se sepa en Sinaloa que existe un lugar para invertir, ¿qué podemos esperar? ¡Ya ni en su casa saben de Ahome!

Mientras tanto, la ciudad que podría haber sido un paraíso para los emprendedores se ha convertido en un lugar donde los únicos que parecen ganar son los que venden esperanzas. Porque la única crisis que hemos visto es la de las rentas, y no precisamente porque haya muchos lugares disponibles, sino porque la gente se ha ido buscando mejores horizontes. ¡Qué ironía!

El problema se agrava cuando vemos a Menéndez en eventos, rodeado de un séquito de seguidores que parecen más interesados en la foto que en el futuro de Ahome. La gente se pregunta si el alcalde sabe que su trabajo no es solo un reality show, sino una responsabilidad real que afecta a miles de vidas. Pero claro, para Toñito, el verdadero trabajo parece ser lucir bien en la cámara y decir lo que la gente quiere escuchar, como si eso pudiera llenar los baches de las calles o traer empleos a la región.

Mientras tanto, su gabinete se preocupa más por lo que dicen de ellos en redes sociales y por hacerle la vida imposible a los que se fueron que por realmente hacer algo por Ahome. ¿Y la famosa inversión en Topolobampo? ¡Ay, amigo! Esa fue nota nacional, y sin embargo, aquí estamos, con un alcalde que parece no entender que el desarrollo no es un secreto que se guarda bajo llave. No, señores, la gente de Ahome tiene derecho a saber y a participar en el crecimiento de su propia ciudad. Pero en vez de eso, Menéndez parece más preocupado por quedar bien con el gobernador que por hacer su trabajo.

¿Dónde está la seguridad de un alcalde que se supone debe liderar? ¿Dónde está el compromiso con su gente? La falta de interés en que los sinaloenses, y no solo sus amigos, sepan sobre las oportunidades de inversión es un reflejo de su desconexión total con la realidad de su municipio. La gente no solo quiere un alcalde que sonría para la foto; quiere a alguien que se ensucie las manos, que trabaje por un futuro mejor.

Así que, Toñito Menéndez, sigue con tus discursos de Osho y tus poses de selfie. Mientras tanto, Ahome se hunde y los sinaloenses nos preguntamos: ¿dónde quedó el desarrollo, la seguridad y el progreso? ¡Ah, ya! Se fueron de vacaciones con tu interés por hacer algo real.

Es hora de que Menéndez se despierte y entienda que ser alcalde no es solo un título, es un compromiso. Si no quiere ser el alcalde que solo pasea por las redes sociales, que empiece a trabajar como se debe, porque de lo contrario, su legado será solo un chiste que contaremos en las cantinas de la ciudad. ¡Salud por eso!

Bueno, todo esto según yo, el Goyo310… Y si no quieres que te agarren las nalgas, no te subas al metro, así que mi querido Toñito, trabaja o te jodes.

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