En este desmadre de la política mexicana, la 4T se ha convertido en un verdadero enredo donde los personajes que antes se lanzaban chingadazos contra Claudia Sheinbaum hoy están más atrapados que un gato en un ovillo de estambre. No es casualidad que esos mismos cabrones que la criticaban ahora estén cargando con sus propios escándalos. Es como si el destino les estuviera diciendo “Échale un ojo, que la que manda aquí es ella”.
Marcelo Ebrard El Diplomático en la Cuerda Floja
Comencemos con Marcelo Ebrard, el diplomático de la 4T. Parece que se ha olvidado de sus sueños presidenciales. Pero la neta ¿está esperando su momento para salir del sombrero como un conejo? Las encuestas lo colocan como el favorito, pero en esta partida, las cartas siempre pueden cambiar. Ebrard ha estado lidiando con las constantes negociaciones entre México y Estados Unidos, mientras las amenazas arancelarias de Trump son como un perro rabioso al acecho. Su experiencia diplomática es innegable, pero la presión que enfrenta es monumental. Los retos que se presentan en el T-MEC y las relaciones bilaterales son como un juego de ajedrez donde cada movimiento puede ser crucial. Si Ebrard no logra mantener un equilibrio entre las demandas internas y las presiones externas, su camino hacia la presidencia podría volverse un laberinto.
Adán Augusto El Hombre de las Sombras
Pasemos a Adán Augusto, un personaje que parece tener más sombras que un callejón oscuro en estos días en Culiacán. Su situación es un verdadero culebrón. Con la orden de arresto contra su ex secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, se le vino el mundo encima. “No sospechaba”, dice él. ¡No mames! En la política, eso es como decir que no viste la tormenta mientras te caía el diluvio. Su papel en la administración de Bermúdez ha sido cuestionado, y ahora la percepción pública se ha vuelto un arma de doble filo. Si realmente no se dio cuenta de lo que ocurría a su alrededor, eso lo pinta como un líder inepto. Pero ¿acaso no es esto la norma en un país donde la corrupción y la impunidad bailan al ritmo de las promesas políticas? La opinión pública no olvida, y Adán Augusto se encuentra en una encrucijada que podría definir su futuro en el Senado. Si no logra salir de este lío, su carrera podría estar más muerta que un gallo en un pleito.
Gerardo Fernández Noroña El Rey del Desmadre
Noroña, por su parte, es el rey del desmadre. Este hombre ha hecho de su mandato un verdadero espectáculo, desde sus viajes a Europa hasta los pleitos que arma como si estuviera en un pleito de borrachos. Su personalidad polémica ha hecho eco en muchos, y a veces parece que está más interesado en ser el centro de atención que en servir a la gente. Cuando le mencionan sus metidas de pata, se hace el valiente: “¿Qué? ¡Soy invencible!” Bueno, amigo, la historia tiende a demostrar lo contrario. La gestión de Noroña ha sido un constante tira y afloja entre lo que dice y lo que hace. Su sugerencia de que las desapariciones en Jalisco son un montaje para desestabilizar el gobierno es un golpe bajo que deja a muchos con el ojo cuadrado. En lugar de unir, parece que solo siembra más discordia. Esa actitud de desafiar a la oposición puede ser entretenida, pero también puede resultar peligrosa en un entorno donde la seguridad y la justicia son temas de gran preocupación.
Ricardo Monreal El Vacacionista del Escándalo
Luego tenemos a Ricardo Monreal, que se fue de vacaciones justo cuando el barco se hundía. ¡Qué buen timing, carnal! Mientras sus compas se revuelcan en el escándalo, él se da el lujo de sentarse en un restaurante de lujo en Madrid, y la gente ve una foto de él en un lugar así, preguntándose: “¿Y este cabrón dónde está cuando su banda se está hundiendo?” Monreal, que alguna vez se mostró como una figura de unidad, ahora parece estar más preocupado por su propia imagen que por la del partido. Este viaje no solo es un mal momento; es un golpe a la credibilidad de quien aspira a ser un líder en tiempos de crisis. En un contexto donde la percepción es todo, su ausencia en un momento crítico habla volúmenes. Si la política es un juego de ajedrez, Monreal parece estar jugando a las damas. La gente no olvida, y menos en este desmadre donde la memoria es más corta que un chiste de mal gusto.
Manuel Velasco El Villano Disfrazado
Y no podemos olvidar a Manuel Velasco, quien se ha acomodado en el “Segundo Piso” de la 4T. Con sus movidas para cambiar leyes, parece que está escribiendo un guion donde él se ve como el héroe. Pero la verdad es que su papel podría ser más el de un villano disfrazado, moviendo los hilos desde las sombras. Su modificación de la ley anti-nepotismo es una jugada maestra que beneficia a su gente, y muchos se preguntan si realmente está ahí para servir al pueblo o solo para salvar su pellejo. En este juego, la apariencia es clave, y Velasco ha demostrado que sabe cómo manipular las situaciones a su favor. Sin embargo, sus decisiones podrían tener repercusiones a largo plazo, y la percepción pública de su figura podría cambiar de héroe a villano en un abrir y cerrar de ojos.
El Enredo Político y la Mirada de Sheinbaum
En medio de todo este desmadre, la figura de Claudia Sheinbaum se alza como la jefa de la 4T. Con su sonrisa y su poder, observa desde el escenario mientras los demás se desgastan en un juego que tal vez ni ellos entienden. Aparentemente, ha logrado mantenerse al margen de todos esos escándalos que han hecho que sus excompetidores se vean como los tontos de la película. Es como si estuviera diciendo “Aquí yo soy la jefa, y ustedes son solo un par de actores en este drama”. Su habilidad para navegar en este mar de caos ha sido admirable, pero no podemos olvidar que en la política, las cosas pueden cambiar de un día para otro.
Al final, este enredo político nos deja con más preguntas que respuestas. En este juego, la política es un tiro al aire donde todos juegan sucio. Y aunque los escándalos parezcan casualidades, sabemos que cada movimiento tiene su chiste. La política es un mundo donde lo que brilla no siempre es oro, y en el fondo, la gente sigue buscando respuestas. La risa amarga que queda al final es un recordatorio de que, en la política, como en la vida, nada es lo que parece.
Así que, en este enredo político, los verdaderos ganadores son los que saben mantener la boca cerrada y las manos limpias, mientras los demás se hunden en el barro de su propia creación. Y mientras tanto, el pueblo sigue observando, esperando que al final de cuentas, la risa no sea solo un eco vacío en un salón lleno de promesas rotas.
Bueno, todo esto, SEGÚN YO, el Goyo310… aquí mando yo, dice la jefa Claudia, presidenta con A.