La lengua yoreme mayo, o yorem nokki, hablada en los estados de Sonora y Sinaloa, enfrenta graves desafíos para su preservación, según alertó un investigador en un reciente pronunciamiento. De los aproximadamente 140,000 habitantes de las comunidades yoreme mayo, solo 17,000 mantienen su lengua materna, de acuerdo con la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Originarios.
Antolín Vázquez Valenzuela, ganador del Premio Nacional de Arte y Literatura en la categoría de Culturas Populares y miembro del pueblo Yoreme-Mayo, expresó su preocupación por la desconexión de las nuevas generaciones con su lengua y tradiciones. Muchos jóvenes participan en la Danza del Venado, pero, según Vázquez, solo aprenden a cantar sin comprender el profundo significado y los términos filosóficos que representa su cultura.
La cultura yoreme está arraigada en prácticas como la música y la danza, las cuales tienen significados trascendentales que incluyen agradecimiento, peticiones de lluvia y conexión con la naturaleza. Sin embargo, Vázquez indicó que los jóvenes “cantan por cantar” y no asimilan el contenido emocional y cultural que transmiten sus ancianos.
El galardonado con el Premio Nacional de Artes destacó que el desplazamiento lingüístico en los pueblos originarios se debe a varios factores, como la castellanización en el sistema educativo, la migración y el uso limitado de las redes sociales. “Los niños solo conocen palabras sueltas, y solo los ancianos que siempre conversan en la lengua son quienes transmiten su conocimiento,” afirmó.
Además de su labor en la investigación y la documentación, Vázquez ha logrado revivir tradiciones y costumbres, como la reciente conmemoración de la procesión de San Ignacio de Loyola, que se celebra desde el 31 de julio. Durante esta ceremonia, los mayos veneran a sus ancianos y les ofrecen comidas ceremoniales como el wakabaki, un caldo de carne cocida con granos.
A pesar de los esfuerzos, la situación de la lengua yoreme sigue siendo crítica. Con un panorama donde solo una pequeña fracción de la población sigue hablando y transmitiendo la lengua, existe una urgencia por fomentar su uso y asegurar su continuidad para las futuras generaciones.
Con información de EFE.