En política hay errores… y luego está el PRI de Sinaloa, que no se equivoca: se sabotea con maestría.
Lo que acaban de hacer César Emilio, presidente estatal del PRI, y Liliana Cárdenas, su secretaria general, es de manual… pero no de estrategia política, sino de “cómo regalarle la campaña al rival y quedarte tan tranquilo”.
Estos dos personajes, en lugar de estar viendo cómo chingados reconstruyen lo que queda del PRI en Sinaloa —que no es mucho, la neta—, se han puesto a pelear contra… un apodo.
Sí, así como lo oye, compa.
Su prioridad ahorita es que la gente deje de decirle “Poli Harfuch” a la policía que comanda el secretario de Seguridad y protección ciudadana , Omar García Harfuch.
Y de paso, que tampoco les digan “pandas” (por eso del uniforme blanco y negro).
El pleito no es contra la inseguridad, no es contra Morena, no es contra la corrupción.
No, señor. El pleito es contra el humor popular, contra el apodo que ya está en la calle, en las redes y hasta en las canciones de los morros de TikTok.
Es como si tu rancho se estuviera incendiando y tú, en lugar de apagar el fuego, te pusieras a regañar a la gente porque le dice “quemado” a tu sombrero.
Pero lo más bonito de todo es que el PRI ya jugó a esto… y le fue de la chingada.
Cuando Andrés Manuel López Obrador empezó a subir como espuma, su “gran” estrategia fue prohibir que le dijeran AMLO o Andrés Manuel, y pedir que solo le dijeran “López”.
Según ellos, así le quitaban fuerza, lo reducían, lo invisibilizaban.
¿Y qué pasó?
Pues que AMLO les metió la madriza electoral más grande de la historia.
Los dejó en los huesos, sin aire y todavía dándole las gracias por el favor.
Pero el PRI sinaloense es como esos caballos tercos que, aunque se caigan en el mismo hoyo, ahí van otra vez derechito a la desgracia.
Hoy están haciendo exactamente lo mismo:
prohibiendo un apodo que, gracias a su berrinche, ahora está más vivo que nunca.
Aquí en Sinaloa todos sabemos la ley no escrita:
> Si no te ponen apodo, es porque no existes.
Y si te encabronas… el apodo se te pega para siempre.
El efecto ya lo estamos viendo:
la raza lo dice más, lo repite más, lo presume más.
Hay memes, stickers, playeras, corridos y hasta tazas de café con la leyenda “Poli Harfuch”.
El que no sabía quién era Harfuch, ahora ya lo sabe.
Y no porque él haya salido a promocionarse… sino porque César Emilio y Liliana se convirtieron en sus mejores agentes publicitarios.
Imagínese a Morena viendo esto:
—“Compa, no gastemos un peso en propaganda, mejor que el PRI de Sinaloa siga haciendo lo suyo”.
La neta, en política no hay nada más poderoso que un enemigo pendejo… y ahorita Harfuch está bendecido.
No solo lo dejan correr libre, sino que lo empujan, lo aplauden y le abren camino.
Gratis.
Mientras tanto, el PRI saca su discurso reciclado:
“Vamos a recuperar Culiacán en 2027”,
“Nosotros sí sabemos gobernar”.
Frases tan gastadas que ya parecen chistes malos de cantina.
Porque, compa, la gente no olvida.
Aquí se acuerdan perfectamente quién dejó el tiradero, quién se escondió cuando tronó la bronca y quién salió corriendo cuando el barco se hundía.
No es nomás de decir “sabemos gobernar” y que mágicamente la gente se ponga de pie a aplaudir.
Pero lo que de veras da entre risa y coraje es ver cómo están usando su tiempo, su espacio mediático y su “plataforma” para hablar… de un pinche apodo.
Y no cualquier apodo: el apodo del que la presidenta “con A” quiere que sea su sucesor.
Es como si el PRI se hubiera convertido en comité estatal de apoyo a Harfuch, pero sin tener ni la dignidad de cobrar por el servicio.
Aquí la jugada correcta era una sola:
callarse el hocico, dejar que el apodo muera solo o que al menos no crezca tanto.
Pero no, quisieron hacerse los ofendidos, quisieron “marcar postura” y, sin querer, se convirtieron en el altavoz más grande de Harfuch en Sinaloa.
En la calle ya se la curan:
—“Oye, ¿y el PRI cómo va para el 2027?”
—“Van bien… para Harfuch”.
Y si Harfuch llega a la presidencia —que no lo descarte nadie—, no me sorprendería verlo mandarle flores a la sede del PRI en Sinaloa con una tarjeta que diga:
> “Gracias, compas. Sin ustedes esto hubiera costado millones”.
Así que sí:
el PRI sinaloense es, en este momento, el enemigo útil más útil de todo México.
Ni Televisa, ni radio, ni redes.
Su propia oposición es la que le está haciendo la campaña.
Y todavía se atreven a decir que “en el PRI sí saben gobernar”.
Pues si esto es gobernar… que Dios nos agarre confesados.
Todo esto, según yo, el Goyo310… pues bienvenido el apoyo que no se pide, dice Harfuch. ¡Fugaaaaaaaaaaaaaaaaa!