En estos tiempos de incertidumbre política y amenazas a nuestras instituciones democráticas, es crucial reconocer y respaldar a quienes, con valentía y convicción, defienden los cimientos de nuestra república. Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se ha erigido como un valiente opositor al régimen autoritario y corrupto que, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, amenaza con desmantelar los logros de nuestra democracia.
Mientras otros se pliegan al poder o guardan silencio por conveniencia, Alejandro Moreno ha demostrado un coraje sin precedentes. Ha enfrentado al poder con una firmeza que pocos se atreven a mostrar, convirtiéndose en el principal contrapeso de un gobierno que busca centralizar el poder y silenciar a la disidencia. Su liderazgo no es solo una cuestión de estrategia política, sino de una convicción profunda en los principios democráticos que han guiado a nuestra nación.
La defensa de Alejandro Moreno trasciende las fronteras de nuestro país. La Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), una organización que agrupa a 69 partidos de la región, ha emitido un comunicado contundente. En este, denuncia la persecución política que el gobierno mexicano ha emprendido contra él, utilizando el desafuero como una herramienta para acosar al líder de la oposición. La COPPPAL ha hecho responsable al Estado mexicano de cualquier acto que atente contra su vida, demostrando que la lucha de Alejandro Moreno es vista, a nivel internacional, como una defensa de la democracia misma.
Defender a Alejandro Moreno es, en esencia, defender el régimen democrático. Es apoyar a un hombre que se atreve a desafiar al poder, que no teme al escrutinio ni a la confrontación, y que entiende que la fortaleza de un país reside en la pluralidad de voces y en el respeto a las instituciones. Ser priista hoy significa más que una simple afiliación partidista; es un compromiso con la defensa de nuestras libertades, de nuestra soberanía y de la integridad de nuestras instituciones.
Hoy, más que nunca, el PRI tiene la obligación histórica de defender a México. El legado de nuestro partido, que construyó gran parte de las instituciones que hoy sostienen nuestra república, nos obliga a no claudicar. Alejandro Moreno ha asumido esta responsabilidad con determinación, y es nuestro deber, como priistas, cerrar filas con él. Creemos en su liderazgo porque él es el único que no se doblega ante el poder, que mantiene la frente en alto y que lucha incansablemente por un futuro más justo y democrático para todos. Hoy es Alejandro Moreno, pero mañana podemos ser todos los que, unidos, defendamos a México.