Captura furtiva de camarón: El atraco que Morena solapa… Por Enrique Corrales

Mientras el gobierno de Morena se adorna con discursos de bienestar, en nuestras costas se teje una red de abandono y omisión que está matando la pesca.

En Sinaloa, la pesca no es un simple renglón económico; es el sustento de comunidades enteras. Hablamos de una actividad que, según datos del INEGI, se extiende por 11 municipios costeros, desde Escuinapa hasta Ahome. 

En ellos operan más de 650 cooperativas que dan empleo directo a cerca de 55,000 personas. Son hombres y mujeres de mar cuyo trabajo diario es el motor de sus regiones. Hoy, ese motor se apaga por la negligencia gubernamental.

El problema tiene un nombre claro: pesca ilegal, un robo a plena luz del día que las autoridades de Morena permiten con su inacción. 

La veda del camarón, es una herramienta que debería garantizar la sostenibilidad, pero es una promesa vacía. Las cifras son devastadoras y contundentes: 

Se estima que la pesca furtiva ha provocado una pérdida de hasta el 40% de la producción potencial en el litoral sinaloense.

Traduzcamos esto a dinero robado a nuestra gente: estamos hablando de una sustracción ilegal que podría superar las 4,000 toneladas de camarón. Con un precio promedio de 70 pesos por kilogramo, las pérdidas económicas para nuestro estado superan los 280 millones de pesos. 

Este dinero no va a los mercados locales ni genera empleos dignos; alimenta el mercado negro ante la mirada pasiva del gobierno federal.

La razón de este desastre es simple: no hay vigilancia. En nuestros esteros y bahías, la flota de inspección de CONAPESCA está inmovilizada. 

Reportes internos señalan que más del 70% de las embarcaciones de vigilancia están fuera de servicio, varadas por falta de mantenimiento, combustible y personal. ¿Cómo se puede combatir un delito si se desmantela a quienes deben impedirlo?

Esta crisis es el resultado directo del abandono presupuestal de Morena. Para entender la magnitud del retroceso, recordemos que durante el último sexenio del PRI existía el PROPESCA, un programa que inyectaba cerca de 500 millones de pesos anuales a nivel nacional para combustible y equipo. A partir de 2019, bajo el gobierno del Presidente López Obrador, este programa fue eliminado por completo.

La austeridad mal entendida se convirtió en un ataque directo. El presupuesto para la CONAPESCA fue recortado sistemáticamente, pasando de más de 1,700 millones de pesos en 2018 a solo 1,300 millones proyectados para 2025. Esta disminución de más del 23% ha desmantelado la capacidad operativa de la dependencia. La consecuencia es la desesperación de nuestra gente: más de 8,000 pescadores y sus familias han visto sus ingresos desplomarse, empujados a la incertidumbre por decisiones tomadas a cientos de kilómetros de distancia.

Las frases bonitas no llevan la comida a la mesa. La hoy Presidenta Claudia Sheinbaum dijo hace poco que prefería el camarón de Sinaloa, llamándolo “el mejor del mundo”. Es una frase que nos llena de orgullo, pero que suena a burla. Con todo respeto, señora Presidenta, el mejor camarón del mundo no puede cosecharse si su gobierno lo abandona a su suerte, los pescadores de Sinaloa son gente de trabajo, no de discursos su gobierno necesita ponerle hechos a los dichos.

La reestructuración de los programas  es una obligación moral y económica. Hacemos un llamado a la nueva administración federal para que se comprometa con Sinaloa, para que la CONAPESCA tenga un presupuesto digno y para que se restauren los apoyos que permitan a nuestros pescadores seguir produciendo.

Necesitamos que septiembre represente bonanza, no desilusión. No permitiremos que un sector que le ha dado tanto a nuestro estado se ahogue en la indiferencia. 

Es momento de actuar.

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