Claudia Sheinbaum: Una Visita Relámpago y el Turismo Político en Mazatlán

Así que Claudia Sheinbaum decidió que era un buen día para hacer su aparición en Sinaloa. Y no, no vino a resolver la crisis que nos ahoga. No, señores, vino a hacer un espectáculo de menos de 35 minutos. ¿Mochilas de salud? ¿Amenazas a Donald Trump? ¿En serio? ¿Eso es lo mejor que se le ocurrió a la presidenta? Si la idea era dejarnos confundidos y con más preguntas que respuestas, misión cumplida.

La presidenta llegó, lanzó un par de promesas tan vacías como el estómago de muchos sinaloenses, y se fue a “refrescarse” al Cuchupetas. Porque claro, la mejor manera de demostrar que te importa Sinaloa es disfrutar de un buen platillo de mariscos mientras la violencia y la crisis económica siguen haciendo estragos en nuestras vidas. Esa es la verdadera empatía, ¿verdad? ¡Qué gran mensaje!

Y ya que estamos en esto, hablemos de los municipios que dejó en el olvido. Ahome, con sus broncas políticas que parecen sacadas de una telenovela mala. Guasave, donde el ayuntamiento parece un fantasmas, porque la gente ya no quiere saber nada de ellos. Y Culiacán, el epicentro de la violencia, donde la crisis económica nos golpea como un mal chiste. No se puede creer que en un estado donde la situación es de crisis, la presidenta elija pasar su tiempo en una playa como si no pasara nada. ¡Qué nivel!

Escuinapa, ni se diga. Allí la cosa está tan complicada que ni un gabinete pueden tener en pie. Pero claro, eso no parece importar. Es más atractivo pasearse por Mazatlán y disfrutar del sol que enfrentar la dura realidad de un estado que está en la cuerda floja. 

La visita de Claudia Sheinbaum fue una oportunidad desperdiciada. En vez de escuchar a la gente, de ver de primera mano lo que realmente nos duele, se dedicó a dar un show que no se va a recordar más allá de un par de memes. Y mientras ella se pavonea en Mazatlán, la violencia continúa desatada, y las promesas se convierten en más humo que nunca.

Así que, gracias, Claudia, por tu visita de “trabajo”. Con este tipo de liderazgo y compromiso, no sé si reír o llorar, pero lo que es seguro es que Mazatlán no se va a resolver solo con un día de playa y una comilona. ¡Así estamos, y así nos va, con un país que se ríe de nosotros!

Bueno, todo esto, según yo, el Goyo310, fuga hasta la próxima.

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