Cuando Morena era oposición y se convirtió en el movimiento de masas que buscaba un cambio en la forma de gobernar este país muchos creímos en el.
En el movimiento de regeneración nacional se agruparon diferentes corrientes del pensamiento crítico y se tomaron banderas de lucha justas que por años nadie volteaba a ver.
Entre estas estaba el combate a la corrupción, que se transparentarán los recursos públicos; también estaba acabar con las alianzas del poder político con los poderes fácticos, entre muchas causas más.
Desde la trinchera de la oposición siempre se abanderaron esas causas y fueron el motivo para que mucha de la ciudadanía inconforme, viera en este movimiento transformador un verdadero cambio.
El detalle es que no es lo mismo ser esa oposición que enarbola esas banderas anticorrupción a ser gobierno.
Hoy ya en el ejercicio del poder, desafortunadamente la transformación no ha llegado, el cambio si pero solo de uniforme, los viejos hábitos de los gobiernos tricolores y azules, hoy son replicados por los gobiernos guindas, y muchas veces por los mismos actores solo que hoy ya vestidos con el uniforme de la 4T donde siguen ejerciendo los formas de la política mexicana de siempre.
El detalle está en esa obsesión por defender lo indefendible, que raya en fanatismo en algunos de los fieles seguidores de la llamada transformación, en otros es más la hipocresía con la que suelen ejercer, ya que actúan de acuerdo al momento y sus intereses personales.
Los fieles seguidores, las bases de ese techo que le dan los programas sociales al actual régimen, son más cercanos al fanatismo religioso, ya que suelen defender acciones indefendibles, al propio estilo de una secta religiosa, su doctrina la llevan muy arraigada.
A la par están aquellos camaleónicos profesionales que suelen cambiar de piel de acuerdo al momento y a sus intereses personales, su hipocresía es un don que saben ejercer a las mil maravillas.
Hoy las redes sociales desnudan a estos actores, ya que te puedes encontrar en videos, publicaciones , en diferentes redes sociales tan comunes en la actualidad, sus posicionamientos férreos donde exponen las irregulares de los gobiernos corruptos del pasado y donde se exige actuar a las autoridades del momento.
Pero vaya sorpresa hoy ves a esos mismos actores políticos, posicionarse en una defensa con uñas y dientes de funcionarios acusados de corrupción, muchas veces de actos iguales o parecidos por los que antes buscaban justicia.
Que no se les olvide a aquellos políticos que como decía el líder moral de la Cuarta Transformación, Andrés Manuel López Obrador, “Benditas Redes Sociales” que sirven para desnudar la hipocresía y el fanatismo de muchos que antes eran oposición y hoy son gobierno, y nos hace recordar el viejo dicho que dice “No es lo mismo ser borracho que cantinero”.
Una humilde opinión personal.