El rey viajero de Elota

El alcalde de Elota, Richard Millán Vázquez, se ha lanzado a París como si fuera el rey del mundo, dejando a su gente con la mano estirada y la esperanza hecha polvo. ¿Y qué hace un alcalde de un municipio pequeño, que parece estar al borde de la extinción, en un foro de ciudades sostenibles? ¡Vaya forma de priorizar! Mientras su pueblo enfrenta problemas reales, él se va a codear con la crema y nata de la política internacional. ¡Qué lujo!

La gente de Elota está hasta la madre de vivir en la incertidumbre de si saldrá a la calle y regresará a casa. Y este cabrón, en vez de estar aquí enfrentando la situación, decide irse a París. ¿Qué va a traer de allá? ¿Ideas brillantes para decorar su oficina? Porque, seamos sinceros, la única cosa que va a importar es si va a poder poner su foto en Facebook y presumir que estuvo en la “ciudad del amor”. ¿Acaso no le importa que su gente se está pudriendo en problemas que no se resuelven con un viaje al extranjero?

Y no se nos olvide su afición por los lujos. Este tipo ya había causado revuelo con sus muebles de estilo “realeza” en la oficina. ¿En serio? Mientras sus paisanos se las ven negras tratando de hacer que sus días cuenten, él se siente en su trono dorado y se cree un emperador. En lugar de invertir en lo que realmente importa, este hombre se dedica a adornar su oficina como si fuera un palacio. ¡Qué falta de respeto para la gente de Elota!

En lugar de estar buscando soluciones a los problemas de su municipio, prefiere irse de vacaciones a Europa. ¿No hay problemas más urgentes que su ego desbordado? Con la inseguridad acechando, y la falta de servicios arruinando la vida de la gente, Millán se fue a empaparse de “sostenibilidad” en París. ¡Menuda ironía! El único “sostenible” aquí es el mismo que se sostiene en su sillón dorado, mientras otros se sostienen de la esperanza de que un día las cosas cambien.

Este viaje a París es una mentada de madre para todos los que están lidiando con problemas urgentes. La ciudadanía no necesita un alcalde que se pasee por el mundo; necesita un líder que se ensucie las manos y que se preocupe más por su pueblo que por su imagen. ¿Cuántos recursos se gastaron en esta aventura? ¿Valdrá la pena el costo cuando regrese y se dé cuenta de que su pueblo sigue hundido en el caos?

Y mientras él se pasea por cafés y museos, la gente de Elota sigue lidiando con la realidad. ¿Qué soluciones va a traer de su viaje? ¿Alguna idea innovadora de cómo hacer que el agua llegue a las casas? ¿O va a seguir con su juego de lujos y frivolidades? Porque a estas alturas, parece que la única sostenibilidad que le interesa es la de su propia imagen.

Así que, Richard, cuando regreses de tu viaje, no será solo tu imagen la que estará en juego. Tendrás que mirar a los ojos a los elotenses que han estado sufriendo, y tendrás que explicarles por qué decidiste que un foro en París era más importante que sus necesidades. Porque, al final del día, Elota no necesita un rey viajero; necesita un líder que se ponga las pilas y trabaje de verdad por su gente.

Todo esto según yo, el Goyo310… movimiento naranja Na. Na. Na.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *