En Culiacán, donde el sol quema más que la desconfianza en las autoridades, el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, decidió aparecerse con un escudo de Batman en su camioneta. ¡Vaya manera de reírse de nosotros! En lugar de convertirse en el caballero oscuro que necesitamos, parece que se disfrazó de payaso en un circo. ¿De verdad, Omar? ¿Batman? Aquí la única cosa que vuela son los rumores, y tus destrezas para decir barbaridades en la mañanera de tu patrona.
Batman, ese superhéroe que se enfrenta a lo que sea con una determinación que ya quisiéramos muchos, se la pasa combatiendo el crimen en Gotham. Pero aquí, nuestro “héroe” se pasea de risa; parece que no se da cuenta de que en Sinaloa la situación se pone más tensa que cuando regresas a tu casa después de irte de peda sin permiso. La última vez que vino, el ambiente no se llenó de alegría, sino que la tensión se sintió más fuerte que el aroma de unos buenos tacos del mercado Garmendia en domingo. ¿Coincidencia? Para nada. Cada vez que llega Harfuch, parece que la fiesta se hace para todos menos para los que necesitamos un poco de calma.
Y hablemos de la responsabilidad. Batman no se esconde detrás de una broma. ¡No, señor! Él asume el control y, aunque esté rodeado de locos, hace lo que tiene que hacer. Pero aquí, Harfuch parece más preocupado por su imagen que por darle a los sinaloenses un respiro en medio de tanto ajetreo. ¿Cómo vamos a confiar en un tipo que se siente más cómodo con un escudo de cómic que con un plan de seguridad efectivo?
Además, el hecho de que se presente como un superhéroe en lugar de trabajar para resolver los problemas nos deja pensando en su capacidad real. La gente aquí no necesita un show. No queremos ver a un tipo que se pasea con un escudo en la camioneta mientras los problemas siguen acumulándose como la basura en la calle. La seguridad no se logra con bromas ni con simbolismos pendejos; se necesita acción, compromiso y, sobre todo, resultados.
La realidad es que en esta tierra, donde el ritmo de vida es más acelerado que el corazón de su servilleta cuando se le sube la presión, la gente está cansada de los cuentos. Necesitamos a alguien que no solo hable, sino que actúe. La situación no se va a solucionar sola, y si Harfuch quiere ser el héroe que dice ser, debería dejar de lado las payasadas y arremangarse la camisa. La gente no quiere ver un espectáculo; queremos ver que se tomen decisiones serias y que se trabaje de verdad.
Si Harfuch realmente quiere ser un héroe, que deje de hacer el ridículo y empiece a poner orden. Porque, al final del día, en un lugar donde la vida puede cambiar en un instante, no queremos un Batman de cartón. Queremos a alguien que sepa que la seguridad no se logra con risas y escudos, sino con acciones concretas y un compromiso genuino con la comunidad. ¡Ya basta de risas y escudos! Queremos resultados, que la gente pueda dormir tranquila, no que se ría de un chiste malo.
Bueno, según yo, el Goyo310… el que se sube se pasea, y don Omar ya le gustó estar arriba.