En Culiacán y muchas ciudades de Latinoamérica, el deterioro de calles y carreteras se ha convertido en un problema cotidiano que afecta directamente a la movilidad y la seguridad de los ciudadanos; las lluvias, la falta de planeación urbana y los procesos constructivos deficientes ha provocado que las vialidades se dañen con rapidez, generando baches, socavones y hundimientos que complican aún más el tránsito, opinó investigador universitario.
El doctor José Ramón Camacho Gaxiola, de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), señaló que la calidad de los materiales y el modo en que son aplicados resultan determinantes para prolongar la vida útil de una carretera. Explicó que los insumos más comunes en la construcción son las rocas, tanto trituradas como naturales, que sirven para conformar capas como el terraplén, la subbase y la base. Añadió que el asfalto y la emulsión representan la cobertura final, encargada de dar resistencia y estabilidad al pavimento.
Dio a conocer que la investigación internacional en torno a la durabilidad de las carreteras ha avanzado hacia materiales alternativos y sostenibles; en algunos países se aplican asfaltos con caucho reciclado, lo que permite una mayor elasticidad para evitar agrietamientos, “también se han desarrollado mezclas permeables que permiten drenar el agua de lluvia, evitando así que se formen acumulaciones que posteriormente derivan en baches”, reiteró.
En Alemania, por ejemplo, se utilizan capas de asfalto de hasta 30 centímetros de grosor para garantizar mayor durabilidad, mientras que en China se apostó por el uso de caucho proveniente de llantas recicladas. Estas medidas, indicó el también miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), son posibles gracias a normas estrictas y a la inversión en tecnología que busca soluciones de largo plazo, en contraste con las reparaciones superficiales y temporales que predominan en países latinoamericanos.
Subrayó que en muchas ciudades de México los problemas se han originado en la compactación deficiente de las bases durante el proceso constructivo, “esta falta de rigor técnico ha ocasionado que, con el tiempo y la humedad, se formen hundimientos. Lo que se observa son soluciones paliativas, como colocar una capa delgada de asfalto sobre otra ya dañada, en lugar de retirarla y reconstruir correctamente la superficie, comentó.
El doctor José Ramón Camacho Gaxiola reflexionó sobre la necesidad de orientar la gestión de infraestructura hacia materiales sostenibles que reduzcan el impacto ambiental. Subrayó que en otros países ya aplican con éxito tecnologías recicladas, mientras que en México y gran parte de Latinoamérica todavía prevalece la búsqueda de soluciones rápidas y de bajo costo.