Sí, señores, hablamos del PRI-Mazatlán, ese pedacito de partido que todavía respira con oxígeno prestado y que, para acabarla de chingar, está a punto de hacerse el harakiri más estúpido de su historia.
En el centro del huracán está José Luis Arreola, el que muchos llaman “el PRIista más PRIista”. Pero ojo, no porque traiga el logotipo tatuado como souvenir barato, sino porque lo trae en la sangre, en la piel, en la manera de caminar y hablar. Arreola es de esos que se paran frente a cualquier escenario y defienden al PRI aunque se esté cayendo a pedazos. Es el tipo que se lleva bien con los medios, que se lleva bien con los mismos PRIistas, que nunca ha flaqueado a pesar de que, propuestas para irse a otro lado, no le han faltado.
Y ahora resulta que la dirigencia del PRI en Sinaloa, encabezada por César Emiliano y Liliana Cárdenas, anda calentando motores para quitarlo. Sí, así como lo lee: la jugada más torpe, más absurda, más pendeja que alguien pudiera imaginar.
El pretexto, porque hasta en eso se ven mal, es que Arreola “habló mal” de Mario Zamora y Paloma Sánchez. ¿Y qué fue lo que dijo? Nada que no supiéramos: que a Mario le falta salir más, que le hace falta que la gente lo conozca; y que a Paloma, aunque sí ha recorrido, todavía le falta. ¡Carajo! Si por eso van a quitar a un líder, entonces que mejor cierren las oficinas, apaguen la luz y le echen llave al PRI.
Porque si algo le queda al PRI, es poquito, muy poquito. Y ese poquito lo están acabando desde adentro. Parece que al partido ya no le interesa defender lo que queda, sino entregarlo como si fueran saldos de bodega.
Arreola representa a esos pocos priístas que aún creen que el partido puede levantarse. Esos que todavía cargan la camiseta, que siguen con la frente en alto, aunque ya no haya banquetas llenas de banderines rojos. Y justamente a esos, a los que de verdad sienten al partido, son a los que están por joderles.
La pregunta es clara: ¿qué gana el PRI con quitarlo? Nada. Absolutamente nada. Lo único que logran es debilitarse más, dividirse más y mandar el mensaje de que en el PRI el que dice la neta sobra, y el que se calla lo que todos piensan es el que se queda.
¡Qué jodidos estás, César Emiliano! Y te lo digo con la estimación que te tengo. ¡Qué jodida estás, Liliana! Porque en vez de reforzar, quieren destruir. En vez de cuidar lo poquito que les queda, quieren aventarlo al mar a ver si flota.
El PRI de Mazatlán está a un paso de perder lo poco que todavía brilla. Y si alguien merece quedarse, ese es José Luis Arreola. Pero claro, en el PRI actual la lógica no gobierna: gobierna la miopía, gobierna el ego, gobierna la soberbia.
El PRI, ese que alguna vez presumía de disciplina, de lealtad y de estrategia, hoy parece más una pelea de cantina sin música. Y lo peor es que se pelean solos, contra ellos mismos.
Así que, querido PRI, si de verdad se atreven a quitar a Arreola, no solo estarán cometiendo un error: estarán firmando su acta de defunción en Mazatlán.
Y ahora sí, con todas sus letras: ¡Qué jodidos están!
Bueno, todo esto según yo, el Goyo310…
El epitafio ya está escrito, y reza así:
“Aquí yace el PRI-Mazatlán.
No lo mató la oposición,
no lo venció la gente,
lo mataron sus propios dirigentes.”
Amén.
¡Fugaaaaaaaaaa!